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divendres, 16 de maig del 2014

UN MUNDO FASCINANTE. LA APICULTURA

 Hoy nos ha visitado Marino Lucas, el tio materno de Isabel. Es, como el mismo nos ha dicho, agricultor, un poco ganadero y sobre todo apicultor, tal vez porque sea la actividad que más le gusta. Vamos a ver que nos contesta.
 
¿Cuál es tu profesión?
 Yo soy agricultor, pero lo que más me gusta es mi otra profesión la apicultura, que es la cria de las abejas,


 
¿Por qué elegiste esta profesión? ¿cómo empezaste?
Me gusta mucho.  El mundo de las abejas es un mundo muy curioso, es uno de los dos insectos que han sido domesticadas por el hombre.

¿Te fijaste en algún modelo, por ejemplo en tus padres o en alguien famoso, a la hora de elegir tu profesión?

Mi tio Gonzalo, que era apicultor. Aunque es muy mayor aún me ayuda.

¿El dinero que se gana fue importante a la hora de decidir tu profesión?


No, lo importante es que te guste. Aunque también se necesita para vivir.




¿Qué cualidades hay que tener para ser apicultor? ¿Qué hay que estudiar?


Que te guste, además hay que fijarse mucho y tener muy buena vista... ah y no tener miedo.
Cuanto más sepas de las abejas, mejor. Cuanto más estudias más las conoces.




¿Qué ropa hay que utilizar?
Ropa  específica para que no te piquen. Mono blanco, careta y guantes.



  Apicultor junto a su sobrina mostrando un cuadro y un ahumador.


 Y Marino nos ha contado también que...

    Las abejas son unos insectos fascinantes que viven en comunidad. Utilizan las flores para fabricar miel, que guardan en colmenas para sobrevivir en tiempos difíciles (el frio invierno sin flores). Los seres humanos, conocedores de sus costumbres, desde tiempos inmemoriales han aprovechado el excedente para recolectar la miel sobrante, para ser utilizada en su alimentación. Y de entre estos humanos seres, ha sido el apicultor el especialista en hacerlo. 

Y nuestro maestro nos ha dicho que...

   Ya en la prehistoria el ser humano se dedicaba a la recolecta de la miel en colmenas naturales. Aquí tenemos el ejemplo de un dibujo prehistórico encontrado en el valenciano pueblo de Bicorp, en la cueva de la araña,  que se llama "La recolección de la miel", donde una mujer trepa para llegar hasta una colmena, llevando un recipiente para depositar en él la miel recogida.